jueves, 24 de marzo de 2016

Hoy es 8 de marzo

feminismo
No, no es un error ni se ha publicado esta entrada en un día equivocado por un fallo en la programación, no. Tanto la fecha de la publicación como el título son absolutamente intencionales.

Como todos sabemos el 8 de marzo se conmemora el "Día de la mujer" (me resisto a llamarlo celebración) y no voy a ser yo quien explique el motivo de que sea ése día en concreto en lugar de otro. Lo que sí voy a hacer es desgranar el por qué lo publico yo hoy y el motivo subyacente a la problemática que se denuncia y se pretende revertir.

En primer lugar lo publico hoy con este título como podría haberlo publicado cualquier otro día con un título tal que El feminismo no es cosa de un sólo día o Las mujeres lo son todos los días y todos los días tienen derechos. La cuestión es que hay un problema con las mujeres, y sí, he dicho "con", y no porque lo generen o provoquen o sean causa, si no porque parece que las tiene que acompañar desde tiempos remotos. El grave problema con las mujeres se llama machismo y sigue activo hoy más que nunca.

Hace más de ochenta años que las mujeres pueden votar en España, lo que costó no pocos esfuerzos, que si bien es más tarde que Nueva Zelanda, 1893, es mucho más pronto que en la Suiza de 1971 donde se argumentaba tal que así:
¿Conceder el derecho de voto a las mujeres? ¡Qué idea más ridícula! El cerebro de la mujer es más pequeño que el de los hombres lo que demuestra que las mujeres son menos inteligentes. Son propensas a actitudes extremistas y se asocian a campañas sin consultar antes a sus maridos. Además, eso no fomentaría la igualdad de derechos porque su natural modestia les impide ir a votar cuando están embarazadas, y como las mujeres del campo suelen tener más hijos, tendrían una desventaja injusta con respecto a las mujeres que viven en las ciudades. Y si las mujeres son elegidas al parlamento, ¡qué deshonra supondría esto para sus maridos! Éstos estarían obligados a cocinar en casa…
Puede parecernos argumentos lejano y muy marcianos, pero en esa misma época una mujer en este estado necesitaba permiso del padre o del marido para sacarse el carnet de conducir, poner una denuncia o abrir una cuenta corriente. Huelga decir que aún hoy hay países que niegan todo derecho a la mujer. Aún hoy hay quien piensa, y no hace falta ir a países del oriente más o menos próximo, que la mujer está menos capacitada en general que el hombre. Recientemente el ínclito Silvio Berlusconi nos decía que una mujer que fuera madre no podía ser alcaldesa de Roma porque no podría dedicarle todos sus esfuerzos (no voy a perder el tiempo rebatiendo argumentos absurdos). Pero vengámonos más cerca y observemos a la ley de sucesión real emanada de la sacrosanta e intocable constitución española del 78 (nótese las minúsculas) en la que la mujer hoy, 2016, está por detrás del hombre que es mucho más digno de ser rey porque... bueno no sé que es lo que hace que un rey sea bueno aparte de su propensión a abdicar en favor de una República...

Uno siempre pasa por diversas etapas en su vida que le hacen tener una opinión más rica de la realidad cuanto más crece su experiencia. El que esto suscribe también llegó a pensar que el feminismo es el machismo de las mujeres y que deberíamos hablar de igualitarismo, catorce o quince años no dan para más (aunque el concepto estaba claro pese a no haber acertado con el vocabulario). También he llegado a pensar que el machismo es algo en peligro de extinción, que en cuanto mi generación fuera hegemónica se habría acabado la rabia porque ya nos hemos criado con chicas en clase, hemos trabajado con mujeres y a sus órdenes y hemos admirado a actrices, escritoras, científicas y demás profesionales por la excelencia en sus respectivos trabajos. Somos una generación que si bien la parte masculina de la población hemos disfrutado de la reemisión de películas del destape no ha sido más que por un hedonismo egoísta por nuestra parte. Pero el feminismo no es equivalente al machismo ni éste está tan cerca de la desaparición.


Pero no

Aunque etimológicamente pudiera parecerlo, las doctrinas feministas hablan de igualdad de género pero no sólo de género. Cuando se habla de feminismo o de políticas feministas en realidad hablamos de aquellas cuestiones que garantizan el trato igualitario entre personas independientemente del sexo físico, de la identidad de género, del color de piel, religión (o ausencia de ella), ..., es decir, el feminismo aboga por que cada persona reciba los mismos derechos y las mismas obligaciones con el único requisito de pertenecer a la especie humana. No se piden tratos de favor ni se reivindica la superioridad de nadie.

- Pero hay unas feminazis que dicen que la mujer es superior al hombre...

Sí, claro, y hay hombres que quieren tirar cabras desde campanarios. No sé si son feminazis o si ese término designa algo, lo que está claro es que quien dice eso no es feminista, es otra cosa poco recomendable. Una visión feminista del mundo, las famosas gafas rosas, no se debe confundir nunca con el sometimiento del varón ante la varona (tal y como al revés enseña la biblia). Repito es hablar en términos de igualdad y equidad. Y aquí entra el término en disputa: equidad.

IgualdadEquidad no es sólo un sinónimo de igualdad, equidad es buscar la forma en que la igualdad sea efectiva. Soy de esas personas que creen que las cuotas, incluso las listas cremallera en política, perjudican a la mujer porque establecen siempre la duda de si está por méritos o por número, por el hecho de ser positivas no dejan de ser discriminaciones, pero se impone la realidad y la practicidad. Y la realidad es que aún falta normalizar el ejercicio del derecho femenino a ser altas directivas, deportistas de élite o políticas de alto rango, aunque es sobretodo en el ámbito de la empresa privada donde hay más que batallar. La discriminación positiva, las cuotas, nos permite básicamente dos cosas: la primera demostrar a una caterva de hombres (y mujeres) anclados en siglos pasados que una mujer es capaz de todo, tanto bueno como malo, exactamente como un hombre; y la segunda es poder mostrar a generaciones de mujeres futuras ejemplos en todos los campos, ejemplos que no sólo sean de superación ante las adversidades si no que sean ejemplos de éxito personal y por lo tanto las elecciones profesionales dejen de tener un sesgo de género.

Pero hombres y mujeres no somos iguales

Físicamente tenemos diferencias en la carrocería y unas pocas a nivel de funcionamiento interno, todas ellas ligadas a la función reproductiva de cada uno. Es verdad que como primates que somos hay un cierto dimorfismo sexual, diferencias de tamaño y envergadura y capacidades diferentes a la hora de ver colores fruto de la adaptación temprana de la especie a un sistema de vida determinado, pero si observamos los cuerpos extremos, y con ello me refiero a deportistas de élite, vemos que las diferencias de marcas, récords y demás, se está acortando lo que vendría a significar que una cosa es el punto de partida (determinado también por estilos de vida distintos gracias a cuestiones culturales) y otro las posibilidades máximas. Hay expertos que opinan que llegará un día en el que no tendrán sentido las competiciones separadas porque el nivel en velocistas, saltadores, etc. será exactamente el mismo y que si no lo es ya es por una cuestión estadística: hay más hombres con acceso a entrenamiento de alto nivel.

También es cierto que el cerebro funciona diferente (no lo digo yo es algo que he leído en diferentes reportajes) y es que la función vocal, el habla, la elocuencia..., está más desarrollada en las mujeres, mientras que los hombres lo que tenemos más desarrollado precisamente es la comunicación no verbal. Nosotros tenemos mejor orientación en tres dimensiones mientras que el cerebro femenino sí puede realizar dos tareas complejas a la vez, junto a la capacidad de ver más tonos de rojo (no es broma), como herencia del tiempo en el que surgimos, hombres cazando y mujeres recolectando.

Pero nada de esto incide en lo importante: tenemos la misma inteligencia, o más exacto, tenemos las mismas inteligencias: emocional, espacial, matemática, verbal... y las diferencias entre hombres y mujeres lo son exactamente igual que entre dos hombres y dos mujeres, esto es variabilidad entre individuos, pero EXACTAMENTE LA MISMA.

En definitiva, el feminismo tiene sentido porque aún hay camino que recorrer. Las listas cremallera en las elecciones tienen sentido porque es necesario normalizar y mostrar el papel de la mujer en política. Las cuotas en los órganos de administración son necesarias para romper la idea de que la mujer no puede tomar decisiones responsables. Todo, todo es necesario mientras siga existiendo diferencias en sueldos por el mismo trabajo, mientras haya trabajos de mujeres y trabajos de hombres, mientras pensemos que los hombres deben ayudar en las tareas de casa como si no fueran tareas suyas, mientras que los niños sean cosa de madres y el sueldo familiar de padres, mientras la "cabeza de familia" no sea una bicefalía, mientras sigamos pensando que necesitan que les llevemos la compra...

Al final hay que dar muchas vueltas para justificar lo que muchos ya sabemos y lo que una parte de la población por algún extraño motivo se niega a aceptar. No quiero alargar más el post, creo que todos conocemos de sobra ejemplos de estupidez humana que pretender supeditar a la mujer al hombre (incluidos youtubers de discutible inteligencia y escritoras que auspiciadas por próceres de la iglesia defienden la "sumisión" femenina) y ejemplos de mujeres a la altura que deben ser ejemplo de todo (Clara Campoamor, Marie Curie, Frederica Montseny, Mary Wollstonecraft, etc.). Para mí se puede resumir adoptando un lema que en tiempos lo fue contra el racismo pero que viene que ni pintado:

Diferentes pero iguales

I love feminism


viernes, 18 de marzo de 2016

Izquierda tradicional vs. nueva izquierda

democracia popular
Hace un par de meses (enlace aquí) hice una primera aproximación de lo que, a mi modesto entender, era la situación actual de la izquierda. Hoy le voy a dar otra vuelta al tema.

Desde hace un par de años ya oímos hablar de nueva política. Esta nueva política supuestamente debe dar una vuelta a la política tradicional, los términos son homologables a nueva izquierda - izquierda tradicional, y digo supuestamente porque no tengo tan claro que esto sea así, y no lo es por dos motivos que son uno:

Primero: No es tan nueva, había formaciones que ya reivindicaban su contenido y sus formas.

Segundo: Lo que entendemos por nueva políticanueva izquierda en realidad forma parte del ADN fundacional del concepto de izquierda en sí mismo.

Si nos retraemos a los inicios de lo que hoy llamamos izquierda, nos encontramos con ramas como el anarquismo, el socialismo o el comunismo (entre otras) que, y dejadme simplificar, propugnan un nuevo orden económico, más justo, más igualitario y cada una desde su visión particular, pero también nuevos modelos de participación y de igualdad social porque una cosa va ligada intrínsecamente a la otra. Si creemos que tenemos derecho a participar en la toma de decisiones, si creemos que nuestra voz vale lo mismo que otras tenemos que creer indefectiblemente que todos los individuos de la sociedad tenemos el mismo valor en tanto que personas independientemente de cualquier característica física, intelectual o de sistema de creencias, por otro lado si pensamos que todos somos iguales y que no debemos establecer ciudadanía de segunda o de tercera tenemos que aceptar que todos tenemos el mismo derecho a participar en la toma de decisiones y, importante, en poder ocupar cualquier cargo público de mayor o menor responsabilidad. Ojo, hablo de derechos no de capacidades.

Por lo tanto el debate actual sobre la combinación que se debe dar entre la nueva izquierda y la izquierda tradicional en realidad se plantea al revés puesto que la izquierda más antigua ya preveía la participación por igual y el asamblearismo potenciado por el sin par 15M. Lo que pudo ocurrir es que, casi como ahora, esas ideas nacieran demasiado pronto en una sociedad incapaz de comprenderlas y por practicidad todos los partidos (hablamos de antes de que se inventaran los movimientos sociales) y los sindicatos, salvo honrosas excepciones, tendieran a estructuras más o menos jerarquizadas donde un grupo ostentaba la confianza del resto en la gestión del todo.

Pero en estas que llegó el futuro y tras más de treinta años de paz democrática la ciudadanía (no toda) despertó de del letargo en el que los poderes fácticos la habían sumido y decidió tomar conciencia y querer decidir, participar y controlar al de la caja del dinero. Y se montaron movimientos sociales, mareas, confluencias y demás fauna con la sana idea de reformar el espectro político en busca de un mayor reparto de responsabilidad (de ser dueños del destino, no de ser culpables) entre todos y todas.

¿Y ahora qué?

Pues ahora lo que se está demandando es una llamémosle refundación de la izquierda en la que la nueva/vieja sea el modelo a seguir por la tradicional/moderna. Esto es: dejemos de pensar en instituciones anquilosadas o de movimiento lento y tomemos ejemplo de los movimientos sociales mucho más ágiles y versátiles. Eso sí, aún hay quien no lo ve claro.

Si me preguntan a mí lo tengo bastante claro. No es cuestión de liquidar a los partidos políticos pero sí de dotarlos de mayor plasticidad para:
  • Facilitar el encuentro con otros partidos potenciando lo común y dejando lo no común para otras guerras
  • Tener mayor cintura y capacidad de adaptación ante los cambios sociales y las nuevas necesidades que traen consigo
  • Mayor explotación de las posibilidades individuales de quién conforman el grupo
  • Mayor atomización consiguiendo mayor integración de gente con ganas y capacidad de trabajo
  • Valorización del esfuerzo personal
  • Mayor participación
La idea es que estas organizaciones (y sindicatos) sean capaces de aprovechar los sistemas de organización que han hecho de la PAH un éxito o que han permitido crecer a marea verde. Es decir, que si atomizamos parte de estos grupos por el principio de subsidiariedad tendremos mayor compromiso con el entorno y menor burocratización. Al basarnos en grupos pequeños será más fácil aportar por parte de quien los integra sus experiencias y su esfuerzo no quedando estos limitado por las dinámicas de grandes grupos.

Lo que vengo a decir es que necesitamos un empoderamiento real, hace falta que quien  quiera dar una idea, regalar su esfuerzo tenga espacios de participación directa. Y ahí es donde deben cambiar los partidos, tienen que generar espacios en los que las sectoriales crezcan hasta tomar el control de sus competencias, deben llevar el debate político a toda su militancia y deben olvidarse de direcciones políticas en favor de una construcción plural. Deben entender que la pluralidad es fuente de riqueza y que la disciplina de voto es otra mofa a la democracia real. Las entidades de izquierda deben ser más movimientos sociales que partidos al uso, sólo así están más cerca del

La izquierda debe refundarse y trabajar en horizontal, dejar mandar a las bases, generar espacios de confianza donde sindicatos y demás estén a gusto y quizá, sólo quizá menos política de salón y más políticas prácticas (aunque la de salón sea divertida de vez en cuando).

martes, 1 de marzo de 2016

Investiduras y otras bromas

PSCEs
En estos momentos se está produciendo el discurso de Pedro Sánchez que tiene que ser el pistoletazo de salida de un debate de investidura que nace muerto y con pocas posibilidades de llegar a respirar nunca.

Nace muerto porque el único acuerdo existente es el que hay entre el PSOE y Ciudadanos, pacto que por sí mismo no llega a mayoría absoluta y contra el que han anunciado que votarán en contra el resto de fuerzas políticas del hemiciclo y por lo tanto Sánchez no tiene ninguna posibilidad de ser investido presidente en la primera votación.

¿Por qué se han empeñado en sacarlo adelante si esto ya se veía venir?

Por la parte de Ciudadanos está claro, quieren estar. Quieren ser la bisagra y llave de gobernabilidad. Ciudadanos es un partido que hasta las municipales del año pasado no contaba con representación estatal, sólo en Catalunya, y allí su máximo éxito ha sido el de ocupar el espacio que ha perdido el Partido Popular por sus propios méritos mientras se mantenía alineado con el en todas ya cada una de las propuestas presentadas en el Parlament (y si no ahí está la hemeroteca). Su principal éxito en este último año en el ámbito estatal ha sido, en cambio, venderse como una fuerza nueva (nótese el doble sentido) pese a tener una década a sus espaldas, a presentarse como formas de nueva política cuando sus mecanismos internos emulan a los de "los de siempre" y a jugar al despiste con la ideología (a mí me han llegado a decir votantes suyos que son de izquierda y progresistas). No detallaré aquí las dudas sobre su financiación, ni el hecho del viraje al liberalismo que siguió al desembarco del ínclito Albert tras su primer éxito electoral (cuando aún eran de izquierdas), baste con que quede claro que su arribismo es intrínseco a ellos mismos y por lo tanto coherentes en su apoyo al PSOE, no tendría sentido dar el mismo apoyo al PP si aspiran a ocupar su espacio electoral en la diestra del hemiciclo. También es cierto que podrían haber dado algún pso, y puede que no lo descarten, si el señor presidente en funciones tuviera alguna táctica en la manga diferente al no hacer nada habitual en él.

La postura del PSOE es algo más compleja. El partido antes socialista vive en estado de crisis desde hace cuatro años. La sucesión de Zapatero al frente no se hizo con el corazón sino desde el corporativismo, nadie hizo suya la victoria de Sánchez como secretario general y por lo tanto se le respeta por imperativo legal. Lo malo es que los egos están donde están y no los paran ni cien puños con claven enhiesto. Por eso los barones pugnan aún por mandar, por eso el poder de Pdro no emana de las urnas que lo eligieron si no del espacio prestado por ese comité federal que lo vigila y marca. El PSOE tiene miedo, ha visto las orejas al lobo y se ha enrocado. No ha llegado al acuerdo con C's porque sea bueno si no porque es el que le puede proporcionar (o eso creen) más rédito electoral y menos desgaste. La lógica es la siguiente:
  • Un pacto con el PP es malo porque el PP tiene más escaños y por lo tanto sería un puesto de comparsa, se llevaría los palos de sus votantes y ningún beneficio del electorado popular. Esos acuerdo valen para lo que nadie se fija, o sea la mesa del congreso.
  • Un pacto con Podemos es peligroso, la formación morada es especialista en apropiarse de éxitos ajenos y aún es fuerza emergente, la soberbia psoeística no permitiría ganancias a su costa y menos sabiendo que son el primer caladero a la vista en la ambición del tándem Iglesias-Errejón. También es que sus barones no quieren, mitad desdén mitad miedo a que les coman la tostada en las manos mientras está caliente.
  • Con los nacionalistas catalanes se ha perdido la oportunidad de oro, también probablemente por la obcecación cerril de algunos de sus barones sin amplitud de miras, sin visión y sin respeto por la democracia en sí misma. Pactar un referéndum a la escocesa habría servido para recabar, al menos las abstenciones de ERC, DiL y probablemente de los vascos, y todo sabiendo que el resultado más probable del mismo hubiera sido el NO. También, y no es poco, habría desactivado la estrategia de Podemos obligándolo a bajar al terreno de la negociación real, aquella en la que hay que ceder un poquito en algo.

¡Pero esto sigue sin justificar el acuerdo sólo con Ciudadanos! 

Estas reflexiones lo que hacen es explicar los grandes descartes. Así sólo queda Ciudadanos de entre los grandes y, ahora que estamos entre colegas, ¿a quién le extraña? El partido socialista hace tiempo que ha dejado de ser socialista y sobrados ejemplos tenemos de aplicación de tesis económicas neoliberales con la excusa de Europa, Merkel y los mercados. El PSOE se siente cómodo en este acuerdo porque la dicotomía derecha-izquierda la ha superado por la derecha.

La única explicación que queda es que el PSOE crea que, con la promesa de poder, otros partidos de izquierda (estos de verdad) lleguen a acuerdos de investidura. Que esos partidos se salten su coherencia así, soltando caramelitos. No creo que sea una estrategia inteligente, ni siquiera realista, más bien parece una huída hacia adelante.

A no ser...

... que existan acuerdos bajo la mesa que no conocemos. La gran coalición PP-PSOE-C's se me antoja imposible, y no por no haber suficiente afinidad si no porque es injustificable ante su propio electorado. Lo que sí sería plausible es que exista un pacto PSOE-Podemos de gobernabilidad a cambio de carteras y sillones jugosos para el partido de la coleta. No descubro nada a nadie si digo que el afán de poder, de estar, es muy superior al de la fidelidad a los principios fundadores del núcleo irradiado (del irradiador ya no lo tengo tan claro, creo que son otros). Un pacto de última hora sería fácilmente vendible a ambas militancias como sendos éxitos más allá del contenido más o menos inexplícito del mismo.

Aunque esta opción también se me antoja lejana, creo que Podemos está más interesado en repetir elecciones ya que planea el convencimiento de poder rascar más votos, esta vez al PSOE, sólo que creo que las coaliciones electorales del 20D serían difícilmente reeditables, empezando por Compromís, que se enfadó un poquito y no parece querer repetir, siguiendo por Las Mareas que rápido se desentendieron de polémicas de grupos y tal dejando claro a quién deben obediencia y terminando por CSQEP cuyo máximo reclamo era la sombra de Ada Colau que ya ha dejado claro que queire un partido nuevo, y si alguien funda un partido es porque no le vale ninguno de los que hay, y lo sabes.

Mientras el PP ve volar a las avutardas

El caso del PP en estos momentos es digno de estudio. Siendo la fuerza más votada es lógico que fuera la encargada de intentar formar gobierno en primera instancia, pero se negó. Dos veces.

Durante sesenta días no ha negociado con nadie, no se ha reunido con nadie. Y nadie les ha llamado. Sólo hay un hilillo de voz (como de platilina) desde una esquina repitiendo "Hacedme presidente, yo he ganado las elecciones". Es Mariano esperando que la manzana esté lo suficientemente podrida madura como para que caiga a sus pies. El problema es que es Mariano Rajoy y no Sir Isaac Newton y nada le caerá a los pies si no se arremanga y trabaja algo, porque tampoco es que esté hceindo nada por arreglar su propio partido que sí llena de titulares (además de celdas) con sus cohechos, corruptelas, desfalcos y demás.

Rajoy se acobarda, no quiere formar gobierno pero exije que los demás negocien para investirlo, ver para creer, Mariano style.

Por otro lado el PP, menos Marianín, prefiere repetir elecciones. Cree que podrá recuperar escaños birlados por Ciudadanos, sobretodo si en el congreso que tendrán en medio, agradecen los servicios prestados a Mariano y le dan una salida digna para poner en su lugar a... ¿Soraya? Es la candidata lógica, mano derecha de Rajoy ha estado solucionando TODAS las patatas calientes del gobierno saliente, sin decir que lleva muchos años tejiendo una red de influencia en la dirección del partido y aledaños. ¿Cifuentes? No es descabellado, la flamante presidenta de Madrid goza de la mejor imagen externa del partido. ¿Aguirre? Seamos serios, está quemada, demasida porquería alrededor y el ventilador no funciona, ya no tiene amigos en el partido, están en la carcel. ¿Cospedal? He dicho seamos serios, María Dolores está amortizada y no en diferido (no lo he podido resistir). Y no terminaría bien la lista sin nombrar a ¡¡José Mari!!, seguro que se postula de nuevo como salvador del partido y como prócer de éxitos pasados, pero esta vez tampoco van a picar y tendrá que seguir haciendo abdominales.

Entonces vamos a elecciones el 26 de junio...

Parece que sí si nadie lo remedia y no es la mejor opción, sólo que parece ser la única. En cualquier caso sólo representa adelantarlas un año de la fecha original porque nunca pensé que el gobierno que saliera ahora fuera capaz de aguantar mucho más.

Me soprendería.

Mucho.