jueves, 11 de noviembre de 2021

Estafados y encima contentos

Nos estamos acostumbrando demasiado a las falsas dicotomías. A esas veces en las que tenemos que elegir el mal menor como si no hubiera más opciones o como si fuera necesario incluso elegir algo.

El Partido Popular ha puesto sobre la mesa un órdago trampa en el que o se acepta el nombramiento de Enrique Arnaldo como juez del tribunal constitucional (minúsculas intencionales) o se vuelve a romper la baraja y se queda sin renovación tal órgano judicial.

Enrique Arnaldo

El PSOE ha mordido el anzuelo arrastrando a Unidas Podemos a uno de esos momentos vergonzantes de la política española (y van ya muchos y muy gordos). Digo que es una propuesta trampa por una sencilla razón, el PSOE (y de rebote UP) saldrá trasquilado. Me explico.

Aquí no se trata de si el candidato propuesto tiene un corte más bien conservador en la interpretación de la legislación aplicable, en este caso la constitución española (otra vez las minúsculas son aposta) o si se considera que sus méritos sean insuficentes ante otras candidaturas mejor posicionadas, no. Lo que ocurre es que este señor, ha hecho negocios de dudosa legalidad y moral altamente cuestionable aprovechándose de su condición de juez; este caballero se encuentra muy vinculado a FAES lo que le hace tener un perfil muy de parte; ha estado implicado en la Operación Lezo acusado de controlar fiscales, también en el caso Palma Arena y ha sido acusado también de nepotismo al colocar a su hijo en la nómina de la Universidad Rey Juan Carlos bajo su propio mando.

A cualquiera no se le escapa que este candidato no reúne ninguna de las características que lo deben hacer partícipe de tal promoción ya que la confianza, la ecuanimidad o la simple honradez están fuertemente cuestionadas. Pero llegados a este punto cable preguntarse en primer lugar qué ha llevado al Partido Popular a presentarlo sabiendo que iba a estar en el foco mediático y que se sabría el currículum de tan ínclito jurista y la respuesta es dos que vienen a ser la misma: está pagando un favor o está comprando una servidumbre; en ambos casos la intención es clara: la justicia no importa, sólo que el resultado me favorezca. En segundo lugar la pregunta a hacerse es la siguiente: ¿por qué el propio Arnaldo no se ha retirado de la proposición? Está claro que quien se postule para determinados cargos tiene que tener la certeza de que será sometido a escrutinio público por lo que la presión ambiental debiera ser insoportable para el candidato; si aguanta es por una razón: el premio. Este premio podría ser la satisfacción de llegar a un puesto muy alto (profesionalmente pocos hay por encima), la satisfacción de saber que se cobrarán prebendas por las actuaciones interesadas además del desprecio objetivo por la institución.

Con todo la posición más extraña es la protagonizada por el tándem de los ppartidos de gobierno: hay que votar a Arnaldo porque si no el Partido Popular volverá a bloquear la renovación de los cargos del tribunal constitucional y he aquí el argumento más vergonzante de todos. Tanto para el PSOE como para Unidas Podemos no debería ser suficiente el hecho de renovar los cargos si no que la renovación fuera por lo menos respetable y honorable. De esta forma parece que lo que importa es que se renueve la institución pero que no importe quién ocupe los sillones ni si el prestigio queda tocado.

Y el prestigio queda muy tocado. La justicia española goza de muy mala prensa y se reconoce como intervenida, de parte y sirviente de intereses no públicos ni generales, ahora, y con este nombramiento, se constata el hecho de que nos busca la excelencia sino el clientelismo al más puro estilo de aquel Marchena controla la sala segunda por detrás. El PSOE, y mucho más UP, deberían plantarse y decir que este sapo no se traga y que más vale que se proponga otro nombre porque no se va a renovar a cualquier precio. Y si no lo hacen los partidos que lo hagan sus señorías, que por eso el voto es secreto (sin olvidar que la disciplina de voto es ilegal) o que lo hagan sus pares cuando el nombramiento supere el trámite del congreso y sólo quede el visto bueno de la judicatura.

Antes hablaba del PP y de como espera rédito de este nombramiento pero no podemos olvidar otra cosa: el ruido mediático levantado difícilmente pasará factura al Partido Popular pero sí será un desgaste elevado para el PSOE y para UP ya que una parte importante de su electorado no entenderá que los principios sean vulnerados a cambio de dar satisfacción al chantaje popular.

miércoles, 12 de mayo de 2021

¿Por qué a partir del quince de mayo no tendré WhatsApp?




Este próximo sábado entran ya en vigor las nuevas condiciones de uso de WhatsApp y he decidido no aceptarlas lo que significará que mi cuenta será suspendida y que dejaré de poder comunicarme con esta aplicación. Técnicamente las nuevas condiciones implican pocas novedades, al menos en Europa gracias al Reglamento General de Protección de Datos, RGPD.

Estas nuevas condiciones en principio, digo en principio, sólo implica que en un momento determinado WhatsApp nos preguntaría si queremos que determinadas empresas nos puedan contactar mediante esta herramienta sin que nosotros explicitamente hayamos pedido este contacto. Esto parece muy inocente pero entraña un cierto riesgo, me explico. Según la LOPD y luego ampliado por la RGPD una empresa radicada en Europa necesita que le demos permiso explícito para el uso de datos y nos tiene que informar de qué hará con los mismos y nos tiene que permitir acceder a los mismos para rectificar o eliminarlos, pero ¿esto es realmente así? Técnicamente sí, siempre que la empresa que recibe los datos nos ofrece esas limitaciones/servicios y queremos creer que lo cumple, ahora bien, muchas, sobre todo las muy grandes, nos piden permiso para ceder esos datos a empresas del grupo o terceras para todo tipo de usos legítimos, el problema viene cuando esas condiciones van en bloque y no hay servicio posible si no cedes tus datos a terceros.

Es cierto que quizá sean las menos empresas pero existen y una vez nuestros datos estén en otra empresa que ni siquiera conocemos su control será mucho más complicado. ¿O acaso nadie ha recibido una llamada no solicitada de un operador de telefonía, de energía eléctrica o de una empresa de trading internacional que nos ofrece invertir en bolsa con pingües beneficios? ¿Y que en estas llamadas se dirigen a ti por tu nombre? Eso es un problema, no sólo por la molestia de la propia llamada sino porque el teléfono es una herramienta de seguridad importante: el teléfono móvil contiene correos electrónicos, claves de acceso a aplicaciones de banca, huellas dactilares, etc. Y lo que menos parece importar: el propio número de teléfono. Y este es el primer gran fallo de WhatsApp.

WhatsApp, por diseño, no usa identificadores de usuario elegibles como otros servicios, nuestro nombre de usuario es nuestro número de teléfono y eso es un fallo de seguridad. Vamos por orden, alguien te une a un grupo de WhatsApp inocentemente, automáticamente todo quien esté en ese grupo tiene tu número de teléfono, se abre la veda al acoso personal, al empresarial ilegítimo y, lo que es más importante: el número de teléfono en muchos casos se usa como usuario principal o alternativo en muchos servicios de banca, seguros, etc. Por lo que el que alguien desconocido tenga tu número ya es algo poco aconsejable y de lo que no somos conscientes.

¿Pero qué tiene que ver esto con las nuevas condiciones?

Todo y nada. Todo porque, como ya he dicho, las nuevas condiciones implican la posibilidad de cesión de datos a empresas y con ello la pérdida de control de nuestros datos. Pero en realidad es la excusa. Personalmente llevo mucho tiempo pensando en dejar WhatsApp porque es una mala apliación. Lo es si la comparamos con otras de similares características. Y como soy usuario de Telegram voy a compararla con esta para ver qué tiene una que no tiene la otra:


Característica Telegram WhatsApp
Nube personal No
Canales de distribución No
Clientes alternativos No
Aplicación de escritorio nativa
para todos los sistemas operativos
No
Envío de archivos grandes (1'5GB) No
Mensajes con privacidad mejorada No
Protección antiespía No
Backup automático y cifrado de chats No
Cifrado irrompible (de momento) No
Gestión interna eficaz de stickers No
Posibilidad de crear bots y automatismos No
Supergrupos No
Estados No
Mayor distribución No
Temas personalizados No
Mayor ahorro de datos
(según varios estudios)
No
Videollamadas de grupo No

Estas son sólo algunas de las diferencias y sólo con una aplicación, si miramos Signal veremos que muchas son parecidas pero con una mayora capacidad de mantener la privacidad, pero vamos a ver alguno con detalle:

Nube personal

Telegram te da la opción de abrir una conversación contigo para almacenar lo que sea, mensajes, archivos, notas... con espacio ilimitado.

Aplicación nativa para todos los sistemas operativos

Telegram tiene aplicación nativa de escritorio para Windows, Linux y MacOs, WhatsApp sólo Windows y MacOs.

Mensajes con privacidad mejorada

En Telegram podemos crear los llamados Chats Secretos con cifrado extremo a extremo en los que se puede establecer la autodestrucción del mensaje y se prohiben las capturas de pantalla. Muy útil para mandar contraseñas u otra información confidencial que no queramos que se pueda distribuir.

Protección antiespía

Telegram ha tenido problemas en varios países, de hecho sigue prohibido en algunos, por no permitir a los gobiernos el acceso indiscriminado a los datos y conversaciones de usuarios. En cambio WhatsApp ha reconocido que permite el espionaje por parte de los servicios de seguridad americanos.

Cifrado irrompible

El cifrado, canal seguro de comunicación, de Telegram ha sido desarrollado por la propia plataforma y actualmente mantiene una recompensa a quien sea capaz de romperlo. En cambio WhatsApp mantiene el suyo en secreto y hay dudas de su fiabilidad.

Posibilidad de crear bots y automatismos

Muy útil para la gestión de canales, spam en grupos e incluso votaciones on line para la toma de decisiones.

 WhatsApp

Como vemos en la comparativa, tiene dos puntos fuertes en su haber: las videollamadas en grupo y una difusión mucho mayor. Las videollamadas personales ya han llegado a Telegram y es de esperar que las de grupo lo hagan en breve. En cuanto a la mayor difusión de la aplicación retomaré la cuestión más adelante. Pero antes un apunte sobre seguridad: las copias de seguridad que hace WhatsApp sobre Google no se envían cifradas sino en texto plano, esto es que pueden interceptarse y leerse. Y antes de que alguien diga que su vida no es interesante y que da igual le daré un par de pinceladas:

  • Las conversaciones dan cuenta de nuestras costumbres y gustos por lo que dan mucha información en caso de que alguien quiera estafarnos y/o robarnos.
  • Los datos son muy importantes en la evaluación de riesgos, en EEUU ya se usan, legalmente allí, para que las aseguradoras te den un precio u otro. Teniendo en cuenta el tamaño de estas empresas es factible que en algún momento haya la suficiente presión para cambiar la legislación o incluso recurrir a empresas de países sin regulación para la interceptación y análisis de datos. Añadamos ahí los seguros médicos y el adelgazamiento de la protección pública para ver un riesgo cierto.

¿Por qué no mantener las dos como hasta ahora?

Como no quiero alargar mas el artículo voy a resumir mi postura.

Ciertamente es posible mantener las dos aplicaciones, pueden coexistir perfectamente, pero no me vale. Mientras tenga WhatsApp segurán metiéndome en grupos, seguiré contando como usuario activo y por lo tanto seré una medida de presión para mantener a WhatsApp como aplicación de referencia. Como pienso que es una aplicación muy mejorable, que no garantiza mi seguridad y que no quiero usar me la quito, la desinstalo y me quedo tan ancho.

¿Qué consigo? Primero desinflar con lo que me corresponde a su bolsa de usuarios. Segundo predicar con el ejemplo a ver si alguien se suma a ello. Y tercero, dificultar las integraciones que tiene previstas Facebook entre las dos plataformas con los riesgos que conlleva en cuestiones de seguridad y protección de datos y de las que Facebook hace gala de no observar.

Conclusión

No es sorpresa, el próximo quince WhatsApp bloqueará mi usuario de su plataforma y no tendré oportunidad de usarla, tendré que salir de grupos y quizá haya gente que deje de comunicarse conmigo porque no podrá hacerlo así, ya lo siento, hay más alternativas y tanto puedo yo doblegarme y usar su elección como ellos usar la mía que es más protectora con la privacidad.

Si estáis de acuerdo difundid el texto, en el peor de los casos no cambiará nada, en el mejor WhatsApp se repensará muchas cosas ante la pérdida de usuarios.

Y como no he querido hacerlo largo he dejado muchas cosas en el tintero y otras tantas no las he desarrollado como quisiera, para cualquier aclaración se pueden dejar preguntas en los comentarios o enviarme un mensaje de Telegram, mi usuario es Joan_ViB.


Actualización: Parece que WhatsApp ya no desactivará automáticamente las cuentas, lo que indica la capacidad de presión que es posible ejercer desde la individualidad. Con todo, la decisión está tomada.