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lunes, 10 de septiembre de 2018

La diada

Casi cada año publico una entrada el día 11 de septiembre dedicada a la Diada de Catalunya y este año no puede faltar como es natural.

Este año he tenido que pensar bastante sobre qué tema versarlo porque han pasado tantas cosas, hay tanto que comentar que puede ser un post larguísimo. En anteriores entradas ya he comentado el origen de la conmemoración (esta y esta) y también he entrado a analizar el origen del procés (esta) y los prolegómenos del 1-O (comentado aquí) con lo que no parece una buena idea volver a los mismos temas que también están replicados en tantos y tantos artículos compartidos en muchas otras plataformas y fechas.

llaç groc
Esta vez me veo en la obligación (y lo siento por la pesadez) de hablar de los lacitos amarillos, sí, los tan traídos y llevados lazos amarillos que adornan calles, árboles y farolas en ciudades y pueblos de Catalunya, en Logroño, Madrid, y muchas otras ciudades. Lazos no colgados siempre por independentistas si no por aquellos que entienden de verdad su significado. Por que aquí está el quid de la cuestión: ¿qué significan los lazos amarillos? Pues sencillamente Libertad para los presos políticos.

Y aquí el avispado lector puede que diga: pero si no hay presos políticos, en todo caso políticos presos. Vamos a ser condescendientes y aceptaremos que hay políticos presos que son presos políticos y estas son las razones:

Pablo Llarena afirma en su auto de procesamiento de Oriol Junqueras, Quim Forn y el resto de detenidos lo siguiente:

[Libro Blanco de la Transición Nacional de Cataluña] “contempló distintos procedimientos para la creación del nuevo Estado, en función de que la independencia pudiera alcanzarse mediante un marco de colaboración negociada con el Gobierno español, o que, por el contrario, se desplegaran instrumentos de oposición a la independencia por parte del Estado”. “Esto es, no era la independencia la consecuencia de una falta de negociación con el Estado, sino el objetivo que pretendía alcanzarse en todo caso, primeramente mediante un acuerdo pactado y, en caso contrario, de manera unilateral y forzando al Gobierno a asumir una situación de hecho que buscaba crearse”
Atribuye a Omnium y a la ANC:
“la responsabilidad de impulsar la mayor aceptación social de las iniciativas secesionistas, así como favorecer la creencia pública de que la proclamación de la república era perfectamente viable, buscando, por último, una intensa movilización”

Otros extractos:
"Y como posible reflejo de esa previsión estratégica, la resolución de este instructor constataba que por más que resulte evidente que el civismo acompañó a las decenas de miles de ciudadanos que se movilizaron ante los numerosos llamamientos públicos que recibieron (de lo que era prueba incontestable los limitados efectos lesivos y dañinos surgidos de unas movilizaciones multitudinarias), se constató la infiltración de numerosos comportamientos violentos y agresivos, que reflejaban el violento germen que arriesgaba expandirse y que, desde el momento en que algunos fueron impulsados y capitaneados por el investigado solicitante, muestran los indicios de responsabilidad que se niegan en el escrito de libertad que ahora se analiza."
"En el caso analizado, concurren los elementos que permiten establecer, respecto de todos los investigados, un juicio razonable de riesgo de reiteración delictiva. De un lado, todos los investigados en el procedimiento comparten -y reconocen que todavía mantienen-, la misma aspiración que impulsó el comportamiento que se investiga, esto es, la voluntad de que el territorio de la Comunidad Autónoma en la que residen, constituya la base territorial de una nueva República."
"Con estos cuatro elementos simplificadamente expuestos en este Auto, lo que se planificó es generar un conflicto que girara alrededor del Referéndum Unilateral de Independencia y de la Declaración Unilateral de Independencia, adelantándose que eran varias las posiciones que podía adoptar el Estado en ese contexto de conflicto. Obviamente, la más favorable de las contempladas consistía en que el Estado aceptara la declaración de independencia, lo que conduciría a la creación del Estado propio y llevaría a negociar con España los términos de la desconexión. Pero se contemplaron también otros posicionamientos estatales bien diferentes: Desde que España ofreciera una negociación a cambio de que Cataluña renunciara a la declaración de independencia, hasta que se produjera una reacción violenta del Estado (intervención), pasando por la asfixia económica y judicial. En todos estos supuestos, se contemplaba persistir en el conflicto hasta que al Estado no le quedara más alternativa que la autorización de la independencia, de suerte que ante la aplicación del artículo 155 de la CE, los propios planes independentistas reflejan que el riesgo de permanencia en el delito existe y que es apreciable en todos los investigados."
Y ya vale.

En todos estos extractos del primer auto del juez Llarena se observa como en ningún momento se señala una planificación de violencia si no que la base es que los encausados pretenden actuar de forma coherente con su ideología independentista. El independentismo es legal, no está perseguido como ideología aunque la constitución (minúsculas intencionales) sí prohiba tal fin. En todo caso los planes detallados tanto en el Libro Blanco de la Transición Nacional de Catalunya o en el documento Enfocáis que también cita en el mismo, no son más que aspiraciones a reformar un punto concreto de la carta magna tanto o más legítimo que la famosa modificación del famoso 135, es decir: por mucho que a alguien le repugne la idea el reformismo de la constitución (minúsculas intencionales de nuevo) en tanto que a la integridad territorial española es algo lícito y legal. El pretender cambiarlo mediante pulsos civiles, esto es, manifestaciones y movilizaciones también lo es de la misma forma que una huelga general o sectorial es un sistema lícito de presión para cambiar una legislación específica.

Por tanto, y como se extrae del propio acto, los políticos presos lo son por querer un cambio político y social lo que los convierte en presos políticos. Conclusión que gana fuerza cuando Llarena niega la libertad condicional a Jordi Sánchez por su "no renunciar a su ideología política" pese a que este había renunciado a su escaño en el Parlament, ya no ostentaba cargo ninguno en la ANC y declaraba no participar en movilizaciones ni actos políticos de ningún tipo.

Pero Llarena no está solo

No, Llarena no está solo, está acompañado del gobierno, el de antes y el de ahora. Está arropado por los diferentes tribunales españoles, por el presidente del consejo general del poder judicial (minúsculas ya tal) Carlos Lesmes, del que ahora se sabe que manipuló actas de nombramientos de jueces (entre ellas la del propio Llarena), y está completamente arropado por los voceros del A por ellos que son incapaces de ver la democracia aunque la tengan en las narices o esta reine en Alemania y Bélgica.

Por eso no es lo mismo poner que quitar lazos amarillos. Ponerlos significa expresarse libremente, pedir normalidad política y judicial (aún creyendo el relato de Llarena hay un exceso de celo en la aplicación de la carcel preventiva, por decirlo suavemente). Quitarlos es, simplemente, negar la capacidad de expresión del otro, negar la libertad de expresión. Que sí, que quitarlos es legal, pero ponerlos también ya que el espacio público no es neutra si no que es el espacio de expresión popular. Y no, moralmente tampoco es lo mismo.

¿Y Catalunya está sola?

No, tampoco lo está. No lo está porque muchos la quieren aunque conquistada. Pero sobre todo no lo está por la gran cantidad de personas que sí entienden de democracia, que la quieren en España pero sin ocuparla y por voluntad propia. Está arropada por quienes saben que la decisión es sólo de la ciudadanía de Catalunya y que el resultado de un referéndum, guste o no, es legítimo y vinculante.

Gentes todas que campan por el mundo, por Europa y que, afortunadamente, también campan abundantemente por esta España tomada por nostálgicos del aguilucho y progres del cambio para que nada cambie.

Españoles valientes los llamamos.


Y como guinda algunos ejemplos de solidaridad:
Madrid
Madrid
Logroño
Logroño
Donosti
Donosti
Múnich
Múnich
Milán
Milán
París
París

miércoles, 11 de octubre de 2017

El resultado del 1 de Octubre

la urna
Puede parecer raro que publique esta entrada tantos días después del 1 de Octubre. Llevo bastante tiempo queriendo escribir algo pero todo lo que me ha salido ha ido a la papelera. Los primeros días me ha sido imposible escribir nada que no fuera visceral y que mantuviera una cierta frialdad sobre lo que había pasado el domingo del Referèndum (mayúscula y acento completamente intencional). El resto de días se me han ido debatiendo en redes y en persona con mucha gente. Muchos debates enriquecedores y vitalizadores, otros no tanto por repetidos. Por eso me resistía a repetir argumentos aquí sabiendo que la mayoría de quien aquí me lee tiene la oportunidad de hacerlo en Facebook o Twitter.

No puedo, eso sí, dejar pasar la ocasión sin condenar rotunda, firme e inequívocamente la actuación de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado. Fue una actuación vergonzosa iniciada por una mala gestión del gobierno, pésimas decisiones del ministerio del interior y un operativo digno de infames dictaduras perpetrado por el coronel Pérez de los Cobos y los miles de voluntarios de la policía nacional y guardia civil (las minúsculas son adrede siempre) que se desplazaron a Catalunya con interés represivo y la intención de arrodillar por la fuerza a quien sólo quiso votar.

Mi más sincero reconocimiento a quienes no se dejaron intimidar por la violencia perpretada por agentes y mandos sin sentido de la proporción y se mantuvieron firmes para que TODO el mundo que quisiera votara pese a los impedimentos del aparato del estado. Gracias.


Los números del Referèndum

Primero un breve repaso. La siguiente imagen representa el resultado final oficial:
resultados
Vemos que ofrece un resultado del Sí de un 90'18% sobre el voto válido emitido y que cifra el voto total emitido en 2.286.217 votos, por lo que el representaría apenas un 38'47% del censo elector total. No voy a entrar ahora en si el censo era legal, en si el recuento es veraz o no... Ríos de tinta han corrido ya y se ha dejado claro que estas cifras son los más cercano a la realidad posible y que es una realidad muy cercana siendo las personas que votaron más de una vez o las urnas en la calle sin control eliminadas de la ecuación y meramente anecdóticas.

Antes de hacer ningún análisis voy a compartir una imagen de cosecha propia con unos cuantos cálculos. Estos cálculos no sólo implican los resultados oficiales si no que añaden una estimación de resultado en caso de que los 770.000 votos secuestrados por policía y guardia civil se hubieran contabilizado y establece una relación porcentual respecto a los votos totales válidos emitidos y el censo total:


los números
La imagen se me antoja clara pero la voy a comentar brevemente. Si obviamos los votos secuestrados del total del censo ya que no sabemos en qué sentido están, vemos que el asciende al 44'99% de los sufragios, sigue sin ser mayoría absoluta pero sí sigue siendo muy superior al 3'91% representando al NO. En la siguiente columna, y tal y como dicta la LOREG aplicada, los votos nulos desaparecen y como voto válido vemos que el es un 45'18% y el No un 3.92%. Hasta aquí sólo es leer sin interpretar... Pero me permito un poco de política-ficción.

Imaginemos que los 770.000 votos secuestrados muestran una tendencia similar al resto de sufragios, sí cierto, habría que ver de dónde se secuestraron y la tendencia local, pero sólo juguemos... Si añadimos los votos secuestrados y contamos los válidos: TACHÁN, el escala al 51'62% siendo ya mayoría absoluta dejando al No en un 4'48% de votos emitidos válidos. Repito, es un ejercicio de extrapolación que no debería corresponder con la realidad pero que debería hacer pensar.

Ahora hablemos de 2.257.347 personas que no fueron a depositar la papeleta en la urna. Tradicionalmente en estas votaciones binarias se suele añadir esta abstención al No porque se entiende que el debe ser activo y esto tiene sentido en referéndums no vinculantes puesto que el esfuerzo del cambio debe recaer en quien efectivamente quiere el cambio y si no hay mayoría absoluta sobre censo no se da tal cambio. Por otro lado en un referéndum vinculante la abstención cuenta precisamente como abstención y queda fuera del recuento por lo que en este caso se asume que quien no vota no quiere opinar y se aviene al resultado. Ahora bien, ¿podemos asumir esto en este caso? La respuesta es no, y lo es por dos motivos.

Motivo primero
El gobierno ha expresado de forma activa y excesivamente contundente que este referéndum no era tal y no tenía validez jurídica ni política. Esto sirve para desactivar a quien votaría No porque no aprecia la necesidad de ir a votar y a parte del porque tampoco parecía que el esfuerzo sea relevante. Añadimos a esto a que una parte importante del No no quería que se celebrara el referéndum precisamente por su opción en el mismo y sabía que una de las claves para darle validez es la participación.

Motivo segundo
Este es evidente. Si ver por televisión a las UIP agrediendo con ensañamiento a quien está a pie de urna se te quitan las ganas de jugarte el tipo. Y aquí entra tanto el votante del como del No. El efecto disuasorio de las porras en movimiento es ampliamente conocido por este gobierno que no en balde lleva usándolas desde los tiempos en que Fraga se adueñó de la calle.

Conclusión: No podemos saber a quién se debe otorgar qué parte de la abstención habida ni si es mayoría el No (aunque una gran mayoría seguro que lo es) o si el es relevante. En todo caso es necesario marcar como un dato interesante el 57'52% de participación con todos los elementos en contra, teniendo en cuenta que en las últimas generales hubo un 66'48% de participación y que en las últimas al parlament fueron un 77'44%. Como dato extra la participación en el referéndum de la OTAN del 86 fue del 59'42% y para la constitución europea un 41'77% mientras que para el Estatut fue del 48'9%.

 NOTA: Tras su publicación he editado la entrada al detectarse un error en uno de los cálculos. Ahora debería ser todo correcto. 

domingo, 10 de septiembre de 2017

Del 11-S al 1-O

Banderas en una manifestación
Este año, otra vez por lo que parece, la Diada estará marcada como trascendente, este año, más que otros, el número de participantes será un indicativo bastante fiable del camino que se seguirá en las siguientes tres semanas. Ahora mismo el pulso que mantienen las fuerzas independentistas catalanas y el gobierno del PP ha cruzado el Rubicón, ha chapoteado como nunca y tras quemar puentes y naves ha salido corriendo rumbo a una Roma que teme arder sin Nerón mediante.

Es importante tratar de abstraerse de la crispación reinante, sólo así seremos capaces de entender lo importante y lo trascendente de la situación. Nos encontramos ante un desafío de tamaño mayúsculo al que nadie, ni propios ni extraños, pensamos que se pudiera llegar, y no es poca cosa quien ha llegado a ello es el partido, rebautizado, que formaba parte principal de una coalición acusada de cobro de comisiones. El sentir general era que, llegado el caso, un pacto de Moncloa cerrara el proceso y echara cerrojo al caso del 3%. Puede que haya sido por el empuje de ERC y por la determinación de las CUP, pero al final ha pasado y el Rubicón queda atrás, como un recuerdo vago de un pudo ser y no fue.

Sabemos que CiU era una coalición corrupta; sabemos que el proceso no dará automáticamente solución a los problemas sociales y económicos de catalanes y ajenos; sabemos que probablemente la Unión Europea y otros organismos darán guerra para no reconocer a un nuevo estado, probablemente porque España lo impedirá; sabemos que la situación es irregular y que las garantías son limitadas, pero también sabemos que el proceso ha sido todo lo que podía ser por las trabas sufridas.

Aprobación de la ley de referéndumEstos días muchas voces autorizadas han estado diciendo que están de acuerdo con el derecho a decidir pero así no, que un referéndum tiene que tener garantías, que se tiene que tratar de pactar el referéndum, que tiene que haber una campaña en la que se defiendan las dos opciones. Y es cierto. Es cierto que ése es el escenario ideal, pero no ha sido posible. El gobierno del PP, como antes lo hizo el del PSOE, se niegan a acordar una consulta, ni vinculante ni no. Solamente pactaron migajas con Pujol para que el ruido no llegara a ser murmullo. Sí, ese Pujol ahora condenado al ostracismo y, oh sorpresa, nada querido ya en Catalunya salvo por Mas, otro que sabemos que no es un santo ni el héroe que pretende ser. Tampoco es el artífice de nada, lo sabemos, la cosa venía de antes.

Se lleva años tratando de pactar un referéndum, de consultar a la ciudadanía pero no es posible, no hay nadie escuchando. Y cuando por fin tratas de consultar a la gente, toda, incluso la que está en contra, sobre si es conveniente asaltar el palacio de invierno, te sale toda la caterva revolucionaria diciendo que no hay garantías. Para mear y no echar gota.

Pero vamos al meollo: ¿es democrático votar? Un primer vistazo nos debería decir que sí lo es, votar siempre lo es. ¿Votar que te vamos a matar también? Vaya salió el argumento absurdo, no, eso no está bien porque se vota el daño a una persona saltando por encima de los derechos humanos y no hay interés general en ello (o no debiera). Pero la ley dice que es ilegal votar. No del todo, el gobierno tiene la potestad de organizar los referéndum que sean precisos y de ceder esta potestad a otra administración en caso necesario, por lo tanto el referéndum independentista puede ser legal si hay voluntad para ello. Ya, pero tendríamos que votar todos los españoles. Buenos, vayamos por partes que dijo aquel; la constitución dice que la soberanía recae en el pueblo español, podemos inferir que en todo, y también dice que el ejército es el garante de la integridad territorial, pero no dice que los cambios legalizados sobre la extensión del territorio o si el pueblo español, de sopetón pierde siete millones de habitantes pierda la soberanía, por lo que las interpretaciones en realidad son políticas. Por otro lado es un argumento extraño puesto que su principio básico es que como afecta a la ordenación del estado pues tiene que votar todo el estado, pero olvidamos que para el Brexit no pedimos el voto porque iba a afectar a la unión europea, a su vez Inglaterra y Gales no pidieron votar en el caso escocés como tampoco lo hizo el resto de Canadá cuando Quebec hizo lo propio. Ejemplos hay más, pero siempre aparece el mismo patrón, la subsidiariedad: ¿Tú quieres irte? Tú votas. Sin más y el resto apechuga porque la decisión es legítima y no vas a obligar a quedarse a quien no quiere estar, eso tiene un nombre que no es democracia ni concordia.

Por otro lado hablamos del derecho a decidir y como tal derecho puede ejercerse o no y el ejercicio no presupone resultado. Antes he citado a Quebec y Escocia, han ejercido el derecho a decidir, ha salido que no y aquí paz y después gloria, sin acritud, democráticamente. Caso distinto al de Sudán del Sur que consiguió su independencia en las urnas pero sólo después de una guerra civil. La cuestión es que en un régimen democrático no debería ser traumático plantear la secesión (como muchas otras cosas) y poder debatir en tranquilidad, pero aquí triunfa un cerrojo a no debatir hijo a partes iguales de la cerrazón nacional-franquista que, pese a quien pese, adoctrinó de forma eficiente a tres generaciones con lo que ello conlleva, y de un pusilanismo que prefiere mantener el statu quo porque no puede imaginar un futuro distinto. Y que me perdonen los que están de acuerdo con el derecho a decidir pero votarían no por las razones que sea, esto no va con ellos porque, y aquí lo no novedoso pero que pocos recuerdan, en el referéndum y su ley está previsto el No. Está previsto que se pueda votar, que se haga campaña a su favor y que, caso de salir, sea vinculante igual, por lo tanto de referéndum antidemocrático nada de nada. Y aquí si meto a quien defiende el derecho a decidir pero votaría no, se encuentran dentro del juego democrático, no les asustan las reglas del juego ni los posibles resultados y tienen toda la legitimidad de argumentación.


Papeleta de voto
Esta legitimidad de argumentar la pierden, no obstante quienes niegan la posibilidad del referéndum porque no aceptan la posibilidad del sí. Los que niegan el derecho porque ya han elegido su opción y el resto no puede opinar, se ha blindado la legalidad y nadie la mueve un ápice porque no va con ellos. Aquí sí, Soraya, aquí sí puedes hablar de atentado contra la democracia, aquí sí que Coscubiela tiene razón, una parte no permite expresarse a la mayoría porque, repito, en este Referéndum puedes votar NO, tranquilamente, sin acritud, sin presiones y sin justificaciones, lo cual SÍ es democrático. (Perdonad las negritas, son muchas repeticiones ya.)

Lo que no se le ha pasado a ningún unionista por la cabeza, quizá porque la idea de elegir independencia o no les da urticaria, es que si se vota y gana el no han cerrado el tema, no se hablará en una temporada, se habrán clarificado las mayorías y se habrá visto que es una quimera y no puede ser. Y si gana el sí igual, se habrá acabado el tema, se iniciará la desconexión y a seguir como buenos vecinos, algo así como las relaciones hispano-mejicanas-cubanas-ecuatorianas-argentinas, incluso filipinas y, bueno, no, venezolanas igual no tanto... Porque imaginemos por un momento que se vota, que una gran mayoría quiere independizarse y los tanques en la calle dicen que no, que todos a sus casas y Rajoy y Montoro en la de todos. ¿Alguien se ha parado a pensar cómo será gobernar así? El venceréis pero no convenceréis aquí tampoco parece que vaya a funcionar y la estrategia del caracol (escondido) de Rajoy tampoco funciona, no se olvidará nada, nadie lo dejará estar y todo el mundo creerá tener la mayoría con lo que la crispación seguirá.

Y ya para terminar, sí, soy un catalán de mierda, un indepre, un separrata, un hijo de puta, un comunista-rojo-de-mierda, escoria, comeniños, gilipollas, mierdas, cero a la izquierda, renegado, traidor, carne de presidio, merezco que me fusilen junto a todos mis antepasados, insolidario, antidemócrata, podemita, libertino, tergiversador, traidor, imbécil, iluso, soplagaitas, asqueroso, rompepatrias, español-aunque-no-me-guste, hijo de mil ratas sifilíticas y tantos y tantos epítetos simpáticos. Lo adelanto para ahorrar tiempo y recursos a Twitter y demás redes, así nadie pierde el tiempo insultándome.

Feliç Diada!!

miércoles, 10 de mayo de 2017

¿Y ahora dónde milito?

Unidad Popular ha muerto, larga vida a la Unidad Popular.

Este pasado lunes uno de mayo Unidad Popular ha anunciado que se disuelve. No es extraño y no sorprende a nadie, en los últimos meses había perdido fuelle, si no toda capacidad de respiración.

logo UPPor un lado encontrábamos que después de un período electoral la actividad militante suele disminuir. Se acusa el esfuerzo y se tiende a dejar la gobernanza en manos de quien esté en el órgano tal o la sectorial cual. Hay cierta conciencia de tropa que hace que determinadas personas estén cuando creen que son requeridas pero que no tienen la más mínima intención de ser motor, y eso en organizaciones extremadamente horizontales que dependen mucho de las asambleas para legitimarse es mortal de necesidad. Y por el otro debemos sumar la terrible decepción de las elecciones del veinte de diciembre de 2015 y la campaña de la siguiente convocatoria que no fue capaz de ilusionar a nadie para entender la total desactivación y cansancio de la mayoría.

La campaña del 26J se vivió como un trámite y casi como un mal trago. No se había superado la rivalidad generada unos pocos meses antes entre la propia Unidad Popular y la candidatura de Podemos y no se había trabajado la pertenencia a un espacio común. De esta manera fuimos a las elecciones sabiendo que Podemos había pactado con Izquierda Unida en lo que solíamos llamar por arriba y que Unidad Popular era poco más que una comparsa que daba lustre a tal coalición. No voy a analizar aquí este acuerdo, ni la campaña, fría, que se vivió. Baste decir que ya no se respiraba ilusión, que el aire era de resignación y que en todos los corrillos se hablaba del más que equivocado enfoque dual de la misma. En otro momento quizá desarrolle todas las sensaciones que viví en esas semanas, pero no ahora.

Ahora tampoco pienso dar un repaso a la historia de Unidad Popular, a todos los tropiezos y zancadillas, a la generosidad y egoísmo que la nutrieron y envenenaron. Quizá, también, algún día me permita en poner negro sobre blanco (o al revés según el código de colores de este blog...) de dónde surgió Ahora en común, qué la mató y qué dio al traste con la unidad de la Unidad Popular.

No, será otro día en el que decida remover ciénagas y conciencias y me permita sacudirme todo el polvo del camino acumulado en dos años de trabajo y decepciones. Pero también que señale qué puntales nos permitieron recorrer el camino y quienes obraron con transparencia e ilusión en un proyecto que hicieron suyo sin renunciar a mochilas, etiquetas ni identidades.

Hoy sólo pienso certificar el fin de un proyecto y tratar de dar respuesta a la gran pregunta: ¿Y ahora qué? ¿Qué queda después de disolver un proyecto? ¿Qué queda tras cerrar una puerta que sabes que no se volverá a abrir?

Desgraciadamente tengo experiencia en ello. Hace algo más de un año era a Piratas de Aragón a quien enterraba. Tengo que confesar que pese a la sensación de fracaso (fracaso por no haber sido capaz de dar forma y tamaño a un gran proyecto) se me hizo más llevadero por tener entre manos otro proyecto mayor. Un proyecto que bien podía pasar por ser heredero de la piratería pero, esta vez sí, con mucha gente, mucha gente empujando y mucha gente comprometida. Ahora en cambio la sensación de vacío es patente. Existe el mismo fracaso, tampoco esta vez he podido aportar lo necesario para que el proyecto creciera y se consolidara y tampoco esta vez he podido cristalizar anhelos y deseos. Y a diferencia del entierro anterior ahora no hay sustituto, no hay proyecto a la vista que mantenga la ilusión y que prometa resultados que cambien la política del día a día para construir un futuro mejor.

Bien podría dejarme convencer por determinadas voces y militar en alguna de las fuerzas políticas con las que he tenido el gusto de trabajar, mejor dicho, fuerzas en las que militan personas con las que he tenido el privilegio de trabajar. La parte más positiva que me llevo del esfuerzo de los dos últimos años es el haber podido conocer a gente extraordinaria y capaz, gente con las ideas claras, tenaz y comprometida, gente de la que he aprendido mucho y a la que espero volver a encontrarme en un futuro cercano. No negaré que algunas de estas personas me han invitado a unirme a su proyecto político, invitaciones que por el momento he declinado. ¿Por qué? Por dos razones principalmente.

La primera razón es una razón pragmática; si ahora alguien como yo entrara en una organización con sus propias inercias y su propia identidad forjada a base de años de sumar individualidades en un proyecto común podría generar una onda de choque destinada a enrarecer lo que debiera ser sano. Me explico. Caí en las redes del movimiento pirata por convicción plena, me identifiqué con un movimiento que renunciaba a ser bandera de la verdad absoluta en favor de la democracia bien entendida, esto es explicada, participativa y auditada. Entre piratas aprendí, y me acostumbré, que todo es responsabilidad de todos y que el trabajo común es la base de la legitimidad, sin ella todo es fatuo. Los piratas saben, sabemos porque me sigo identificando como tal, que el proceso es quien da carta de legitimidad, si este es justo, abierto y está bien diseñado, lo que surja del mismo estará bien por naturaleza. Luego está lo colaborativo, entre piratas todo es así y las siglas van muy atrás, carecen de importancia por sí mismas, al igual que los nombres propios, quien habla lo hace en nombre del grupo y por decisión del grupo, diciendo sólo lo que el grupo ha acordado. En toda otra organización, por alta que sea la democracia interna que sostenga siempre habrá cierto tacticismo, siempre estará esa idea inicial a la que se supedita todo y la democracia será válida en tanto se encuentre dentro de los parámetros en los que mi ideología se encuentre. Naturalmente estoy simplificando mucho y seguro que alguien apuntará que su organización/partido no es así y que-lo-que-sea... Bien, vale, hay grados de apertura y posiblemente en todas se pueda hablar de todo (no en vano me refiero mayormente a partidos de izquierdas y cote progresista de verdad) pero estos partidos, su militancia serán comunistas/aragonesistas/socialdemócratas/palmeros-de-la-cúpula y luego demócratas, yo soy primero demócrata luego el resto, y el resto es ecléctico, progresista y complejo.

La otra razón es que prefiero cierta equidistancia política. No es que no quiera mojarme, pero me resisto a abandonar la idea de la unión de fuerzas, aún creo que es posible (y necesario) construir un espacio común pero para eso, para contribuir a engendrarlo, yo no puedo militar en el partido A o el partido B porque me haría parte y me sería más difícil establecer las redes de confianza entre partidos y fuerzas políticas. Ojo, que no digo que sea incompatible la militancia con trabajar para ese espacio común. Está demostrado que el compromiso con proyectos como Unidad Popular o Zaragoza en Común, etc., no están reñidos con llevar un carnet en el bolsillo, sólo hace falta voluntad. Pero sinceramente creo que son necesarias caras no adscritas como nexo de unión, que descarte de entrada (y sin necesidad de demostrar nada) la simple sospecha de partidismo. Alguien a quien apelar como parte del todo sin ser miembro de las partes. Igual peco de pretencioso al afirmar esto, al creer que puedo ser ese nexo de unión, pero creo que tampoco me equivoco si digo que ya me he encontrado en ese papel y que con fallos y aciertos he tratado de contribuir al espacio que nos hemos dado entre muchos. No me equivoco si digo que volvería a tratar de sentar en una mesa, en una sala, a la militancia de diversas organizaciones para tratar de lograr un acuerdo, un objetivo común y una metodología inclusiva por titánico que pueda parecer el esfuerzo.

Lo que está claro es que, como dice un buen amigo, me va el barro, me va la arena política y me va coger el toro por los cuernos (maldito símil taurino) y me va buscar la solución a cada problema, no me sirven manifestaciones ni concentraciones cada cierto tiempo, tengo que ser parte activa. También aclaro que las manifestaciones, las protestas y las concentraciones SÍ tienen su utilidad, pero esta debe cristalizar en lo institucional, si no de poco sirve. Creo en el debate y en la confrontación de ideas como métodos de acuerdo y ahí es donde me siento cómodo, donde creo que puedo aportar.

De momento pienso enfocar parte de mi tiempo en ver como destronar a Felipe el preparao y en laicizar un estado aconfesional, pero poco. Luego veremos hacia qué monte tiramos, porque está claro que en el sofá uno no puede quedarse.

domingo, 30 de octubre de 2016

Ahora voy a crearme enemigos: lo del PSOE es democracia

Voy a intentar crear un post cortito, sin fotos y sin demasiada palabrería para poder captar el momento.

Lo que ha hecho el PSOE es normal en democracia

Ala, ya está, ya lo he dicho. Llevo todo el día oyendo (y leyendo) sobre la gran traición socialista pero en la mayoría de casos quien se queja no es militante de este partido si no de otro y eso me lleva a pensar, de nuevo, en la pequeña cultura democrática que tenemos incluso para aquellos que defienden una mayor democracia.

Vayamos por partes.

Cuando hablamos de traición debe haber un compromiso previo roto por una de las partes, la traidora. El compromiso previo del PSOE era para con su militancia, ¿y en qué se había comprometido? Pues entre otras cosas a cumplir su programa electoral,
  • y a no investir a Mariano Rajoy como presidente
  • y a desalojar al PP de las instituciones
  • y a derogar lo malo del PP y a legislar para los... bueno, que lo del programa...
 Pues lamento decir que no exactamente, estas dos primeras afirmaciones son perogrullo inherente a la carrera electoral. Nadie, ni siquera el Partido Independiente de Zarzaparrilla del Monte, caso de existir, se presenta a las elecciones para no ocuparlas o para ser alternativa de gobierno, otra cosa es lo que la realidad imponga o nos haga preveer. Que si ganaba el PSOE el PP dejaba el gobierno era lo obvio, que si ganaban investirían a Sánchez igual.

Entonces ¿qué queda? Pues queda la rabia de la hostia pegada en las dos contiendas electorales, queda el compromiso de Sánchez del "No es no" y la dura pugna con Podemos para ocupar esa socialdemocracia huérfana porque los de la izquierda se han mudado al centro-derecha y los que no son de iquierdas ni derechas andan dando círculos a ver si la rodean para que se crea conquistada. Al pegarse el talegazo la militancia del PSOE naturalmente quedó tocada y descolocada, es lo que pasa cuando pierdes y creías que podías ganar, es normal, nos ha pasado a muchos (al algunos muchas veces) pero la forma de sobreponerse y sobrevivir es adaptarse y ante eso el partido podía hacer una sola cosa de varias formas, esto es, aliarse con alguien (porque lo de autoostrazarse de descartó de entrada).

La otra parte

Aquí el problema es con quien se alía uno. Ciudadanos queda descartado, ya se probó y ahora se ajunta con el PP, difícil será que cambie de pareja a estas alturas. Podemos se descarta porque nos quiere quitar la silla, la mesa y el mantel, acabáramos ¿¡qué haríamos entonces con las migas!? ¿dónde nos las comeríamos? IU ya no es opción porque se junta con los de morado aunque se sabe que es un matrimonio de conveniencia y que ambos esperan que el otro se divorcie primero. Sólo quedan los nacionalistas no españoles y Coalición Canaria... Los canarios pactarán con quien mande, como siempre y los nacionalistas son Satanás y los barones han prohibido que les demos la hora. ¿Quién queda?

Pues queda Mariano, no para salir juntos, claro, pero sí para salvar los muebles. Ahora ya no se puede pactar ni siquiera una oposición bloqueadora con nadie, ni mantenernos en el "No es no, ridiela! porque nos lleva a las terceras en las que corremos el riesgo de emplidecer el rojo socialista hasta el magenta upeydiano. La hemos cagado y toca mover ficha. La ficha es una abstención ténica que nos permita ganar tiempo, al menos hasta que la lideresa arregle los problemas en su cortijo y se digne a ocupar el trono de Ferraz.

Pero al ser un partido de grandes estadistas esperamos que todo el mundo opine igual y no sabemos convencer, tenemos que vencer y lo bonito es sacrificar a Pdro Snchz montando un pollo de padre y muy señor mío. Y ahí sí estuvo la traición, no respetar un mínimo de democracia interna, de permitir un debate sereno y sosegado y ahí es donde la militancia puede sentirse estafada: que venga vaya usted a saber quién y derroque al macho alfa que colocamos a fuerza de votos primarios.

¿Y los gritos de traición?

Pues aquí viene la afirmación que me granjeará críticas y enemistades: están completamente equivocados. En democracia una de las cosas que hay que saber hacer es negociar y aprovechar las oportunidades, ir a por un bien mayor, bien que en este caso ha sido la propia supervivencia, el "vive hoy y lucha mañana".

La mayoría de los gritos de traición proviene de los que preferían que el investido fuera otro, de los que se lamentan de que no hubiera habido pacto alternativo y que hubiera echado a Rajoy de la poltrona azul, de los que entienden que si no es su opción ya no vale. Pues lo siento el que suscribe esto es demócrata antes que otra cosa y lo que yo creo es que (desgraciadamente porque no me gusta) el gobierno de Mariano Rajoy es legítimo, ha ganado siguiendo las reglas (injustas) del juego, no me gusta pero me aguanto, en mi mano está que mi apuesta en las próximas elecciones sea mayoritaria (sin populismos).

El Partido Socialista Obrero Español, al que sobran dos de los cuatro epítetos, estaba legitimado apra abstenerse (otro día debatiremos sobre la discipllina de voto), lo lógico desde su punto de vista y de acuerdo con su realidad era abstenerse tanto como pactar con otros, quien puede reprocharle algo es la militancia, por forzar movimientos saltándose procedimientos internos y recurrir al chantaje y a la vaya-usted-a-saber-qué para conseguir lo que algunas partes querían, no nos gusta el procedimiento, pero es válido.

En resumen, por desgracia Rajoy ganó y por desgracia no se pudo construir una alternativa, ¿vamos a seguir negando la legimidad o vamos a darle la vuela a la situación y lograr que un partido comprometido con el cambio alcance el poder?

El PSOE ha negociado, o no, y ha actuado pero por esta vez no nos ha traicionado, al menos a los que no esperábamos nada de él o esperábamos un nivel de pragmatismo apabullante no lo ha hecho.

domingo, 6 de diciembre de 2015

Un chiste malo

(Léase con acento de Eugenio)

¿Saben aquel que diu que un paio entra en una ferretería cerca de su casa y pregunta?:

- ¿Que tienen cajas de herramientas nuevas?

A lo que el dependiente li diu:

- Tenemos una desde hace cuarenta años y no ha fallado aún, nen.
- Esa ya la tengo, quiero una nueva.
- Es que nuevas no hacemos. Esta la hicimos entre todas las ferreterías que había y nos quedó francamente bien. ¡Y eso que costó que nos pusiéramos de acuerdo!
- Pero era otra época, los destornilladores no valen con los tornillos modernos, y los alicates son pequeños...
- Es lo que en su momento pudimos hacer, ¡no vea como apretaban los que no la querían cambiar!
- ¿Sap que li dic? que me voy a la ferretería de enfrente que diuen que van a sacar una nueva que irá fetén con los tornillos de ahora y tendrá sitio para nuevos destornilladores.
- Eso dicen, pero el sindicato de ferreterías no les dejará porque en el reglamento dice que no se puede.
- Oiga, es que ustedes sacaron un martillo nuevo sin avisar y sin preguntar y además no va bé...
- Es que el fabricante alemán nos pasó nuevas instrucciones.
- Pues me voy a la tienda de enfrente a comprar.
- Vaya, vaya, pagará por nada. ¿No ve que nosotros mandamos?
- Oiga, y si se la compro a usted, ¿me va a cambiar algo?
- Sí claro, tenemos dos colores nuevos naranja y morado, por fuera es más chula, y por dentro se ha cambiado de sitio la cinta métrica, parece más espaciosa.
- ¿Y funciona mejor?
- Igual, pero el asa es más incómoda. Eso sí, no tirará el dinero.
- ¿Y la oferta hasta cuando dura?
- Los colores se quedan de momento, el resto hasta el veinte de diciembre.
- Miri, oiga, me lo tengo que pensar...
- No se preocupe, en la tele tiene nuestros anuncios todo el día, para que se decida...

llave antigua


El chiste es tan malo que no es ni chiste, probablemente sea un absurdo y si has llegado hasta aquí quizá te preguntes de qué va esto. Haz una prueba, cambia las palabras caja de herramientas por la palabra constitución, y la palabra ferretería por las palabras partidos políticos y tendrás una historia un poco más clara.

Hoy hay quien celebra el día de la constitución (aunque lo suelen hacer con mayúsculas). No voy a entrar en si hace cuarenta años no se podía haber hecho de otra forma, que si el ruido de sables no lo era tanto o si era una amenaza real, que si faltó ambición o templanza... Se aprobó la constitución que tenemos y es la que hay. punto.

Lo grave, lo realmente grave, es que sea intocable. Existe una convicción bastante extendida que nos dice que la constitución es francamente mejorable, que ya no responde a retos del s.XXI y que, en cualquier caso, los menores de 55 años queremos hacerla nuestra participando de la misma, no sólo aceptando que está y es sin más.

Nos encontramos que la carta magna sanciona un régimen monárquico hereditario heredado (valga la redundancia) de los designios del dictador. Un régimen autonómico que constriñe algunas voluntades o demasiado libre según otras (y que conste que no son las mías) o unos derechos fundamentales presuntamente protegidos pero no desarrollados.

Las generaciones actuales no queremos aceptar sin más lo heredado, hoy queremos debatir, participar, proponer, en definitiva ser parte, hacer nuestro el proceso. Entendemos que si una constitución tiene que ser norma fundamental tiene que estar hecha a nuestra imagen y para nuestro servicio. No entendemos que no se pueda tocar excepto cuando un agosto y sin avisar se reforma un artículo que nos condena a supeditar la supervivencia social al beneficio financiero. Eso simplemente nos demuestra la hipocresía de ciertos "dirigentes" en tanto las leyes se reforman o no pensando únicamente en intereses particulares y no generales.

Las leyes deben estar al servicio del individuo y del colectivo, no debería extrañar que estas normas estuvieran vivas, fueran maleables, moldeables, a fin de asegurar su correcto servicio. Una normativa férreamente estricta sólo garantiza obsolescencia pronta y falta de apego. Estamos en una sociedad cambiante que demanda cauces de participación, la constitución no los tiene efectivos, demanda la protección y la exigibilidad de los derechos fundamentales (pan, techo, educación, sanidad...), el modelo territorial debe estar protegido por la ley y no amenazado por la misma como el título segundo prevé.  Somos una generación que se cree lo de iguales ante la ley y lo ve incoherente con una monarquía hereditaria que discrimina a las mujeres (igual esto sí lo cambian, pero llevan mucho tiempo diciéndolo...) y con una figura real inviolable y no responsable judicialmente (otro día hablaremos de por qué esto se extiende a la persona del monarca cuando no debería ser así).

No son pocas cosas las que me dejo pero esta entrada no pretende ser un relato exhaustivo de lo que debería ser un proceso constituyente, sólo un mero apunte de lo que es necesario. Necesitamos herramientas nuevas, nuevos modelos de relación, necesitamos adaptabilidad, evolución.

Si queremos futuro debemos sacar el presente del pasado.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Hoy es 20N. ¿lo celebramos?

Hoy se cumplen cuarenta años de la muerte del dictador, al menos oficialmente porque ya sabemos que se le aguantó artificialmente para coincidir con el treinta y nueve aniversario del fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera, lo cual no deja de ser paradójico porque se aborrecían mutuamente.

Adolfo Suárez y FrancoHoy hace cuarenta años que comenzó el proceso que hoy llamamos transición. Supuestamente el lo que nos trajo la libertad, la democracia, los plenos derechos... Y es un proceso nacido de la generosidad de grandes políticos, padres de la España actual que supieron estar a la altura de las circunstancias, bla, bla, bla... Y una mierda que diría aquel. La transición es fruto del instinto de supervivencia de una determinada generación de políticos sin ideología real. Ojo, no digo que ninguno tuviera talla real y adecuada, no, pero aquello sobre los que ponemos el foco no eran más que arribistas con ganas de perdurar. Me niego a pensar que, por ejemplo, Suárez (al que se le ha dedicado un aeropuerto por ser esto... mmmh, por tener..., nada no me viene ahora el motivo) fuera progresando dentro de la administración con el convencimiento de subvertirla y llevarla puertos democráticos. ¿Qué decir del entonces príncipe y ahora rey en la reserva?, fue educado por Franco, traicionó a su padre y tras tocar corona empezó a dar sablazos para reunir su fortuna personal, sablazos que no eran gratis, ¿o si no de qué tanta reverencia a la familia saudí?

No creo que hubiera un plan preparado por los dirigentes franquistas para implantar una pseudo-democracia para controlarla, tampoco que la revolución social los sobrepasara y mucho menos los convencía y los acercaba a una resignación política que desembocó en nuestro régimen actual. Simplemente creo que alguno se dio cuenta de que con las botellas de cava y las fiestas corría paralelamente una ilusión de cambio de una generación que no había sufrido la guerra y no temía el ruido de sables, sables que eran muchos y mucho sables. Ahora no discutiremos si el proceso pudo ser mejor o si se pudieron alcanzar mayores cuotas de democracia, opino que cada probablemente se hizo lo mejor que se pudo y que salió lo que salió, una transición que dista mucho de ser una transición modélica y exitosa. Fue lo que fue y puede que no pudiera ser más pero no nos engañemos era insuficiente entonces y lo sigue siendo ahora, por muchos motivos, detallo unos cuantos:
  1. Aún hoy torturadores del régimen siguen libres y no han pagado por atentar contra los Derechos Humanos
  2. Los ministros franquistas se reconvirtieron en adalides de la democracia
  3. Se sigue honrando la memoria de la dictadura en forma de calles y establecimientos
  4. Muertos de un bando siguen poblando las cunetas y no sólo no se ayuda si no que se está dificultando su investigación con capital privado
  5. Los juicios sumarísimos siguen vigentes aunque los tribunales no fueran ortodoxos y se fundamentaran en leyes que eran ilegales en su implantación
  6. Hay una fundación que honra a Francisco Franco de forma legal pese a la Ley de Memoria Histórica
  7. El archivo de Salamanca, llamado eufemísticamente de la guerra civil, mantiene en sus arcas y exposiciones documentos expoliados y reclamados.
  8. Los artífices y continuadores de la represión democrática siguen sin pagar por ello y a alguno se le ha llamado incluso padre de la democracia
Podría seguir pero serviría de poco, todos conocemos los ejemplos y el impass actual de bloqueo para actualizar el modelo de construcción estatal, hay que ser consciende de que las herramientas son las que son y si ya no valen o se quedan antiguas u obsoletas hay que reformarlas. No vale con decir que España ha conocido el mayor desarrollo de toda su historia en los últimos cuarenta años, toda Europa lo ha hecho, que percibamos algo positivo no es motivo de no perseguir un bien mayor ni un objetivo más ambicioso.

Hoy hay dos cosas a no celebrar, la muerte en la cama de un dictador y el nacimiento de una democracia raquítica que muchos se niegan a dejar crecer.