Hoy hace cuarenta años que comenzó el proceso que hoy llamamos transición. Supuestamente el lo que nos trajo la libertad, la democracia, los plenos derechos... Y es un proceso nacido de la generosidad de grandes políticos, padres de la España actual que supieron estar a la altura de las circunstancias, bla, bla, bla... Y una mierda que diría aquel. La transición es fruto del instinto de supervivencia de una determinada generación de políticos sin ideología real. Ojo, no digo que ninguno tuviera talla real y adecuada, no, pero aquello sobre los que ponemos el foco no eran más que arribistas con ganas de perdurar. Me niego a pensar que, por ejemplo, Suárez (al que se le ha dedicado un aeropuerto por ser esto... mmmh, por tener..., nada no me viene ahora el motivo) fuera progresando dentro de la administración con el convencimiento de subvertirla y llevarla puertos democráticos. ¿Qué decir del entonces príncipe y ahora rey en la reserva?, fue educado por Franco, traicionó a su padre y tras tocar corona empezó a dar sablazos para reunir su fortuna personal, sablazos que no eran gratis, ¿o si no de qué tanta reverencia a la familia saudí?
No creo que hubiera un plan preparado por los dirigentes franquistas para implantar una pseudo-democracia para controlarla, tampoco que la revolución social los sobrepasara y mucho menos los convencía y los acercaba a una resignación política que desembocó en nuestro régimen actual. Simplemente creo que alguno se dio cuenta de que con las botellas de cava y las fiestas corría paralelamente una ilusión de cambio de una generación que no había sufrido la guerra y no temía el ruido de sables, sables que eran muchos y mucho sables. Ahora no discutiremos si el proceso pudo ser mejor o si se pudieron alcanzar mayores cuotas de democracia, opino que cada probablemente se hizo lo mejor que se pudo y que salió lo que salió, una transición que dista mucho de ser una transición modélica y exitosa. Fue lo que fue y puede que no pudiera ser más pero no nos engañemos era insuficiente entonces y lo sigue siendo ahora, por muchos motivos, detallo unos cuantos:
- Aún hoy torturadores del régimen siguen libres y no han pagado por atentar contra los Derechos Humanos
- Los ministros franquistas se reconvirtieron en adalides de la democracia
- Se sigue honrando la memoria de la dictadura en forma de calles y establecimientos
- Muertos de un bando siguen poblando las cunetas y no sólo no se ayuda si no que se está dificultando su investigación con capital privado
- Los juicios sumarísimos siguen vigentes aunque los tribunales no fueran ortodoxos y se fundamentaran en leyes que eran ilegales en su implantación
- Hay una fundación que honra a Francisco Franco de forma legal pese a la Ley de Memoria Histórica
- El archivo de Salamanca, llamado eufemísticamente de la guerra civil, mantiene en sus arcas y exposiciones documentos expoliados y reclamados.
- Los artífices y continuadores de la represión democrática siguen sin pagar por ello y a alguno se le ha llamado incluso padre de la democracia
Hoy hay dos cosas a no celebrar, la muerte en la cama de un dictador y el nacimiento de una democracia raquítica que muchos se niegan a dejar crecer.
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